Una catarata de hojas casi blancas que se nos caen de las manos a medida que leemos. La escritura es a la hoja lo que la vida al cuerpo, rastro inconsulto y terco del deseo. Ay. Voces casi escritas, deseos casi dichos. ¿Qué sería una niña sino el siseo, el murmullo del orbe que aún no es y ya es? ¿Cómo se escritura la carne, cómo se le explica? Las palabras se soltaron del cuerpo, nos volvieron fantasmas y ya no vendrán nunca más hasta nosotras sino imperfectas, antiguas, rotas. 

La posibilidad abierta, la ronda, el canto, el aula multitudinaria, el coro de voces que éramos y aún espera, cada una, ser elegida por el lenguaje. ¿El lenguaje es un hombre? ¿Las madres chiquititas abajo de la mesa mientras desaforadas tomamos la mesa, escribimos, damos la fiesta?

Todo el tiempo se oyen voces. El poemario acumula y expande, hace espiral para seguir subiendo o profundizando. ¿Aunque será hay espacio en las vocales? ¿Hay arriba y abajo, antes y después? ¿No serán otras sus reglas?

La repetición obstinada de las pequeñas en la escuela. El llamado de atención por debajo de la vida adulta insiste en hacernos oír el insoportable llamado de la realidad. No es sólida la materia, está hecha por pequeñuelos, féculas, tules, brillantinas, lágrimas, algodones. No es perpetua la infancia, tampoco el cuerpo... ¿sí sus fantasmas, sí el tiempo? A nosotras nos ha tocado conocer el sendero de grava, arrojadas a las fauces de la existencia desconocida "hechas de puro / lenguaje y una vez del / amor".

Título: nenas

Autora: Carina Nosenzo

Editorial: La Ballesta Magnìfica

ISBN: 9786319014105

80 p.