Persecuciones en bici, divorcios, veranos con los abuelos, piojos. En «Guerra de soda», Jazmín Varela es una niña tramposa y sensible que atraviesa como puede los pequeños espantos de la infancia. Construida a sí misma en el terreno mutante del fanzine, logra un retrato áspero y festivo sin engolosinarse en la clausura total de lo autobiográfico y estirando lo anecdótico a sus costados más reveladores. Para Jazmín, la niñez es un lugar más problemático que idílico donde los cambios, la negligencia de los adultos, el dolor y la incomodidad conviven naturalmente con los cumpleaños, los recreos y las piletas. Batallas que cuando se es niño parecen gigantes e igual de significativas, como llegar al club con la malla equivocada o acostumbrarse a una nueva configuración familiar. ¿A quién le importan? Si el día puede terminar comiendo un helado con doble cono y bañado en lluvia de rocklets.

Guerra de soda - Jazmín Varela

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Persecuciones en bici, divorcios, veranos con los abuelos, piojos. En «Guerra de soda», Jazmín Varela es una niña tramposa y sensible que atraviesa como puede los pequeños espantos de la infancia. Construida a sí misma en el terreno mutante del fanzine, logra un retrato áspero y festivo sin engolosinarse en la clausura total de lo autobiográfico y estirando lo anecdótico a sus costados más reveladores. Para Jazmín, la niñez es un lugar más problemático que idílico donde los cambios, la negligencia de los adultos, el dolor y la incomodidad conviven naturalmente con los cumpleaños, los recreos y las piletas. Batallas que cuando se es niño parecen gigantes e igual de significativas, como llegar al club con la malla equivocada o acostumbrarse a una nueva configuración familiar. ¿A quién le importan? Si el día puede terminar comiendo un helado con doble cono y bañado en lluvia de rocklets.