Como dice Carlos Ulanovsky, “por diferente, este libro incomoda y encanta. Maia Debowicz y Alf comparten, con candor y delirio, costumbres de otro planeta”. Este libro nos regala un imperdible repaso por la serie de nuestras meriendas con la mirada honesta de una niña que encuentra en el extraterrestre de Melmac un espejo, un amigo, un refugio.
“Maia habla en nombre de aquellxs que no tuvimos ese paraíso al que llaman infancia, quienes atravesamos ese tiempo como una zona de guerra donde aún en su lejanía nos han quedado esquirlas en la memoria y marcas en el cuerpo. Las formas de la ficción, sus lenguajes y sus códigos serán las armas de resistencia. (…) ALF inaugura, entonces, una manera de comunicar, funda un nuevo lenguaje, un alfabeto para entender el mundo”, dice Santiago Loza en el prólogo.