Una planta conectada con la psiquis humana se revela en distintos momentos cruciales de la humanidad: la colonización de América, el siglo XIX en Londres con Jack el Destripador, 1945 y la Segunda Guerra Mundial, con las bombas atómicas…

«Desde ahí podía verse la planta que brillaba en verdes y violetas y amarillos con las flores abiertas y estiradas moviéndose lenta al compás del viento. Eran manos al cielo con dedos finos rozando el aire y buscando algo». Hay algo vivo e inclasificable que recorre el planeta Tierra desde su creación y parece capaz de sobrevivirlo. Se extiende bajo la superficie y emerge como una planta fantástica, en múltiples sentidos. De ella darán testimonio los distintos narradores de la novela, cuyas voces se escuchan en 1504, 1888, 1945, y el arco temporal de un futuro que solo la literatura puede imaginar. Una y otra vez, mientras la humanidad crece y se piensa, el bionte, este organismo que aterra pero que también refugia, será un espejo del devenir histórico bajo el horror de su idea de progreso. Dijo el jurado: «Una novela actual y misteriosa, en la tradición del weird y con citas a Arthur Machen, Lovecraft o Chambers, con algo de terror ecológico y una notable reconstrucción histórica. La protagonista es una planta conectada con la psiquis humana, y sus apariciones revelan momentos cruciales de la humanidad. Y todo funciona, las situaciones, los cruces, las voces». Mariana Enriquez «Un libro complejo y literario, y a la vez un dispositivo hipnótico cargado de tensión. Una voz capaz de avanzar con maestría desde distintos registros y puntos de vista, y un sentido poético donde las ideas y las imágenes se reflejan en un prisma que toca todas las historias». Samanta Schweblin «Ambiciosa en el buen sentido, absolutamente pop, sin duda freak, además de joven y contemporánea; una novela experimental, histórica y de ciencia ficción jugada, ya que apuesta por su forma de procesar el mundo y termina ganando». Alberto Fuguet

Si sintieras bajo los pies las estructuras mayores - Roberto Chuit Roganovich

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Una planta conectada con la psiquis humana se revela en distintos momentos cruciales de la humanidad: la colonización de América, el siglo XIX en Londres con Jack el Destripador, 1945 y la Segunda Guerra Mundial, con las bombas atómicas…

«Desde ahí podía verse la planta que brillaba en verdes y violetas y amarillos con las flores abiertas y estiradas moviéndose lenta al compás del viento. Eran manos al cielo con dedos finos rozando el aire y buscando algo». Hay algo vivo e inclasificable que recorre el planeta Tierra desde su creación y parece capaz de sobrevivirlo. Se extiende bajo la superficie y emerge como una planta fantástica, en múltiples sentidos. De ella darán testimonio los distintos narradores de la novela, cuyas voces se escuchan en 1504, 1888, 1945, y el arco temporal de un futuro que solo la literatura puede imaginar. Una y otra vez, mientras la humanidad crece y se piensa, el bionte, este organismo que aterra pero que también refugia, será un espejo del devenir histórico bajo el horror de su idea de progreso. Dijo el jurado: «Una novela actual y misteriosa, en la tradición del weird y con citas a Arthur Machen, Lovecraft o Chambers, con algo de terror ecológico y una notable reconstrucción histórica. La protagonista es una planta conectada con la psiquis humana, y sus apariciones revelan momentos cruciales de la humanidad. Y todo funciona, las situaciones, los cruces, las voces». Mariana Enriquez «Un libro complejo y literario, y a la vez un dispositivo hipnótico cargado de tensión. Una voz capaz de avanzar con maestría desde distintos registros y puntos de vista, y un sentido poético donde las ideas y las imágenes se reflejan en un prisma que toca todas las historias». Samanta Schweblin «Ambiciosa en el buen sentido, absolutamente pop, sin duda freak, además de joven y contemporánea; una novela experimental, histórica y de ciencia ficción jugada, ya que apuesta por su forma de procesar el mundo y termina ganando». Alberto Fuguet