Aquí, las ilustraciones de Max Cachimba, oscuras, en tonos quebrados y fríos, con personajes espectrales y enigmáticos, van generando a la par del texto un clima de suspenso, misterio e inminencia de lo terrible.

 

 

 

Lo que está muy bien, porque este es un libro policial. No es muy frecuente encontrar libros álbum policiales para niños, pero esta historia es un típico policial de enigma, con crímenes irresueltos, personajes amenazados y asesinos sueltos que esperan, feroces y temibles, a ser descubiertos. Todo en el marco de una calle como cualquiera (aunque tal vez un poco mal iluminada) en un barrio tranquilo:

 

 

 

La noticia del primer asesinato conmovió a los vecinos de la tranquila calle Lafinur. Y ni que hablar de Maite, que fue quien encontró el cadáver de la gordita canosa justo frente a la puerta.

 

 

 

A partir de allí, el lector acompañará a Maite y a los demás vecinos del barrio, mientras los asesinatos se acumulan y el culpable (o los culpables) siguen sueltos y no se vislumbra un motivo de la matanza.

 

 

 

Claro que no voy a contarles el final. Solo les diré que, como en cualquier policial de enigma que se precie, al final se descubre a los culpables, y la resolución será tan sorprendente e inesperada como en cualquier novela de Agatha Christie o de Arthur Conan Doyle. Una resolución que, sin embargo, tal vez no signifique el final de la serie de espantosos crímenes en la antes tranquila calle Lafinur

LOS ASESINOS DE LA CALLE LAFINUR - LARDONE, LILIA / CACHIMBA, MAX

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LOS ASESINOS DE LA CALLE LAFINUR - LARDONE, LILIA / CACHIMBA, MAX $3.300

Aquí, las ilustraciones de Max Cachimba, oscuras, en tonos quebrados y fríos, con personajes espectrales y enigmáticos, van generando a la par del texto un clima de suspenso, misterio e inminencia de lo terrible.

 

 

 

Lo que está muy bien, porque este es un libro policial. No es muy frecuente encontrar libros álbum policiales para niños, pero esta historia es un típico policial de enigma, con crímenes irresueltos, personajes amenazados y asesinos sueltos que esperan, feroces y temibles, a ser descubiertos. Todo en el marco de una calle como cualquiera (aunque tal vez un poco mal iluminada) en un barrio tranquilo:

 

 

 

La noticia del primer asesinato conmovió a los vecinos de la tranquila calle Lafinur. Y ni que hablar de Maite, que fue quien encontró el cadáver de la gordita canosa justo frente a la puerta.

 

 

 

A partir de allí, el lector acompañará a Maite y a los demás vecinos del barrio, mientras los asesinatos se acumulan y el culpable (o los culpables) siguen sueltos y no se vislumbra un motivo de la matanza.

 

 

 

Claro que no voy a contarles el final. Solo les diré que, como en cualquier policial de enigma que se precie, al final se descubre a los culpables, y la resolución será tan sorprendente e inesperada como en cualquier novela de Agatha Christie o de Arthur Conan Doyle. Una resolución que, sin embargo, tal vez no signifique el final de la serie de espantosos crímenes en la antes tranquila calle Lafinur