Gracias, conejito por un tarde maravillosa es la continuación de Secretos en el bosque. Muchos años después la niña se ha convertido en una anciana y decide visitar un abandonado zoo, donde reencuentra al conejo. Juntos recuperan toda la hermosura de aquella época, y la poesía que solo los sueños consiguen transmitir. Las ciudades sin sueños son lugares tristes, para niños y mayores. Un paseo por lo sueños y secretos que solo pueden darse en completa soledad y de la mano de la imaginación. Dulce y triste, frágil y gentil, el estilo de Jimmy Liao responde a un trazo sencillo y delicado, lleno de expresividad y elegancia, sin perder cierto aire infantil. Me acordé que, de niña, todos los miércoles por la tarde, soplaba el viento y el aire levantaba suavemente la cortina blanca de la ventana. El conejo Peludín siempre estaba fuera, sin falta, llamándome con su silbido. Solíamos ir a jugar al bosque. Perdíamos la noción del tiempo y se nos olvidaba volver a casa para la cena. Aún tengo grabado en la mente el perfume de las rosas de entonces. Jugábamos al escondite a la luz de las estrellas, mientras mi sombra se convertía en un gigante. ¿Aún conservas esos recuerdos tan gratos? Cuando llegaba la primavera, el aire perfumado de la montaña me despertaba. Los caminos del bosque parecían teclas de un piano que fuera esparciendo una melodía alegre y hermosa. Nos instalábamos en las nubes voladoras y corríamos con la brisa celeste. No nos cansábamos nunca de dar volteretas. Te bastaba con dar un brinco para que yo te perdiera de vista. Te conté muchos secretos, y de algunos me acuerdo muy bien. La barca mágica nos llevaba adonde quisiéramos ir. El inmenso océano estaba sereno y hermoso, pero a mí me daba miedo. Ya casi se me ha olvidado lo maravilloso que es el roce de los pétalos, y la tristeza me impide conciliar el sueño de noche. El invierno es lluvioso y frío, nos hemos hecho mayores y ya no podemos ir a ninguna parte. Últimamente hemos vuelto a soñar que éramos niños y volábamos alocadamente por el cielo. Si pudiéramos recuperar toda la hermosura de aquella época, sería maravilloso. Jimmy Liao

GRACIAS CONEJITO POR UNA TARDE MARAVILLOSA.

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GRACIAS CONEJITO POR UNA TARDE MARAVILLOSA. $7.600

Gracias, conejito por un tarde maravillosa es la continuación de Secretos en el bosque. Muchos años después la niña se ha convertido en una anciana y decide visitar un abandonado zoo, donde reencuentra al conejo. Juntos recuperan toda la hermosura de aquella época, y la poesía que solo los sueños consiguen transmitir. Las ciudades sin sueños son lugares tristes, para niños y mayores. Un paseo por lo sueños y secretos que solo pueden darse en completa soledad y de la mano de la imaginación. Dulce y triste, frágil y gentil, el estilo de Jimmy Liao responde a un trazo sencillo y delicado, lleno de expresividad y elegancia, sin perder cierto aire infantil. Me acordé que, de niña, todos los miércoles por la tarde, soplaba el viento y el aire levantaba suavemente la cortina blanca de la ventana. El conejo Peludín siempre estaba fuera, sin falta, llamándome con su silbido. Solíamos ir a jugar al bosque. Perdíamos la noción del tiempo y se nos olvidaba volver a casa para la cena. Aún tengo grabado en la mente el perfume de las rosas de entonces. Jugábamos al escondite a la luz de las estrellas, mientras mi sombra se convertía en un gigante. ¿Aún conservas esos recuerdos tan gratos? Cuando llegaba la primavera, el aire perfumado de la montaña me despertaba. Los caminos del bosque parecían teclas de un piano que fuera esparciendo una melodía alegre y hermosa. Nos instalábamos en las nubes voladoras y corríamos con la brisa celeste. No nos cansábamos nunca de dar volteretas. Te bastaba con dar un brinco para que yo te perdiera de vista. Te conté muchos secretos, y de algunos me acuerdo muy bien. La barca mágica nos llevaba adonde quisiéramos ir. El inmenso océano estaba sereno y hermoso, pero a mí me daba miedo. Ya casi se me ha olvidado lo maravilloso que es el roce de los pétalos, y la tristeza me impide conciliar el sueño de noche. El invierno es lluvioso y frío, nos hemos hecho mayores y ya no podemos ir a ninguna parte. Últimamente hemos vuelto a soñar que éramos niños y volábamos alocadamente por el cielo. Si pudiéramos recuperar toda la hermosura de aquella época, sería maravilloso. Jimmy Liao